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Lo que necesitaba

Ayer fue un día de sorpresas. Lo que parecía ser una aburrida mañana de viernes en el despacho, en vísperas del atracón final del trabajo de edificación, acabó siendo un montón de cosas relacionadas entre sí. El suspenso de metálicas dejó de ser un malestar. Bea me llamó para ayudarle a coordinar la clase de proyectos, al que Paco, el profe, iba a llegar a última hora. Recibimos a tres personas interesantísimas de distintos colectivos de arquitectura de Valencia, cargadas de energía. Iban a corregir los proyectos de los alumnos y presentar lo que  hacen. Comimos juntos y de ahí salió la idea de hacer un viaje con los alumnos a visitar todo lo que se cuece en Valencia... que es mucho. También surgió la involucración de La Burbuja como lugar de abastecimiento de material auxiliar.

Cada vez se va costatando más de que una economía alternativa es posible y ya está sucediendo. Las presentaciones de los trabajos de Crearqciò, la Minúscula, y el Fabricante de Esferas contribuyen arquitectónicamente a ello.

Buenas migas

y entonces...

... me deshice de ese reloj chinorris que no hacía más que poner nerviosa a la gente.

Pesadillas

No sueño contigo si no es para despertarme sobresaltado. Cuando hablo con alguien de lo que sucedió, me preparo para volver a nadar en imágenes y conversaciones oscuras esa misma noche. De qué material será la coraza que tengo, tan inexpugnable como las ciudadelas que tratamos en el despacho. Será que está hecha de promesas rotas y melancolía pasional. Hoy encuentro más vacuo que nunca la sonrisa de la gente. Hace tiempo que no soy espontáneo; estoy más callado de lo normal; mis ojos se fijan poco en los ojos de quien tengo enfrente, titubeo con mi entorno. Mi mejor consuelo es que esto será pasajero y que me reorientaré hacia un objetivo global relevante, donde vale la pena trabajar por una buena causa, dejando abandonado mi yo más hermético.

¿modernizado? No, hiperconectado

Y llegó el día en el que no me pude escaquear de tener smartphone. A caballo regalado no le mires el diente. ¿O sí que hay que mirárselo? En realidad no tenía porqué aceptar ese regalo, pues condiciona drásticamente mi cotidianidad. De cualquier forma, la gente está harta de gastarse dinero en enviarme SMS. Los compis de curro, la familia, los Xcombros, los Curris... la gente. Ahora mismo no veo personas en este pequeño aparato, sólo gente. Lo que he hecho es un favor a la humanidad.

Algo que decir

Cuando hay algo que decir y no sabes por donde empezar. Lo mejor es ir escupiendo palabras, quizá luego haya alguna coherencia en lo que has escrito.
No sé si hoy va a ser un día decisivo o un día cualquiera. Llevo un mes estudiando para una asignatura que no me interesa lo más mínimo y lo veo como un mero trámite para estar más cerca de la titulación por la que llevo estudiando una década. Si pienso que esto es un trámite es porque querría que lo sucesivo viniese de la mano de mis intereses más profundos. De eso de lo que aburro tanto a los amigos del pueblo, con los que he crecido; pero eso de lo que admiran tanto los compañeros de proyecto ásilo.
Tengo ganas de construirme un refugio y quedarme a dormir en él. O simplemente soltar la tienda plegable de una persona y media dentro de La Burbuja Diligente. Ahí cabremos mis cosas y yo, en una tienda de plaza y media. Despertar con la intención de confluir mi estandarizado ritual matutino con el precario lugar. ¿Y los vecinos? que lo ven todo... bueno, es una experiencia que me llevo al bolsillo, es envidiable. Para poder entender que hacer con La Burbuja, lo mejor es amanecer en ella. Aunque nunca he ido solo, sólo cuando volví para tapar con film de plástico la cocina office y el sofá que trajeron Paula y Jorge de su mudanza. Tengo que empezar a confeccionar el inventario de cosas que tiene mi tío en ella... será fundamental para el proyecto.
En media hora llega Pau para dar el último repaso a metálicas... que rollo...

sólo solo

Cuando me levante de este sofá iré a mi cama. Una vez dentro volveré a pensar en lo renovado que despertaré. Será un nuevo día. Mi último examen de carrera... podría trasnochar para afianzar el aprobado, pero no tengo ganas, hoy estoy perezoso.

He pensado en ese chico que tanto hace el amago de mirarme, es original y parece divertido, quizá un día le sugiera ir a la cafetería a tomar un café, me dormiré pensando en qué palabras usar, y en qué momento es el más apropiado. Seguro que está conectado en facebook, joder que cerca. Tanto pensar en las formas, y si fuese directo podría escribírselo en un privado... pero no tiene encanto, ni romanticismo. No quiero otra cosa que una historia bonita, aunque dure 5 minutos. Una mirada de sorprendido, una boca abierta de sorprendido: "oye, ¿puedo invitarte a un café? sé que son convencionalismos, pero es que desde hace días, no se me ocurre otra manera" 

Buenas noches Aldo

Exilio

No hay día, desde hace tiempo, que no contemple esta posibilidad. Lo que más me tiende a ello es el pesimismo colectivo, una especie de halo gris que se entrelaza entre la gente. Esos comentarios destructivos a cerca de nuestro territorio y nuestra forma de gobernar/desgobernar nuestra riqueza.

Veo claramente las posturas ciudadanas: los que actúan y los que hablan mucho. Los que se definen a cada hecho, y los que hablan de los que se definen a cada hecho.

Me planteo posibles destinos y los clasifico mentalmente en tristes y alegres. Nunca en cercanos y lejanos, quizá porque las distancias ya no están tan claras. 

Este verano he descubierto que en mi entorno hay muchas posibilidades de actuar de acuerdo a mis valores, solo hay que inventárselas y defenderlas, y lo más importante es aliarse con personas que compartan mis mismo principios. Esto quita puntos al exilio.

desempolvando el blog

Llevamos más de una semana ayudando a mamá a configurar su nuevo blog, quiere explorar la vía virtual en su faceta estilistica. Es por ello que me he dignado a re establecer éste, que lo tenía olvidadito. Dando un vistazo general a los posts que hice antiguamente, caigo en la cuenta de que he cambiado mucho. La poca creatividad que tienen es obvia, salta a la vista. Los copy pastes estaban a la orden del día. En fin, que aquí comienza una nueva etapa. No prometo nada, pues quizá no vuelva a entrar en mucho tiempo. De cualquier manera, queda esta huella, símbolizando un momento concreto de mi vida. 

También es verdad que he visto un post bastante reciente de un viejo amigo sobre su antiguo blog, y ello también me ha animado a recuperar este bonito hábito... aunque sea a la larga.

Querría re definir los valores. Una especie de reflejo de mis acciones en el mundo real. Un cuaderno en sucio donde volcar mis experiencias, mis inquietudes, mis anhelos. 

De cualquier forma, sigo sin prometer nada.