Algo que decir

Cuando hay algo que decir y no sabes por donde empezar. Lo mejor es ir escupiendo palabras, quizá luego haya alguna coherencia en lo que has escrito.
No sé si hoy va a ser un día decisivo o un día cualquiera. Llevo un mes estudiando para una asignatura que no me interesa lo más mínimo y lo veo como un mero trámite para estar más cerca de la titulación por la que llevo estudiando una década. Si pienso que esto es un trámite es porque querría que lo sucesivo viniese de la mano de mis intereses más profundos. De eso de lo que aburro tanto a los amigos del pueblo, con los que he crecido; pero eso de lo que admiran tanto los compañeros de proyecto ásilo.
Tengo ganas de construirme un refugio y quedarme a dormir en él. O simplemente soltar la tienda plegable de una persona y media dentro de La Burbuja Diligente. Ahí cabremos mis cosas y yo, en una tienda de plaza y media. Despertar con la intención de confluir mi estandarizado ritual matutino con el precario lugar. ¿Y los vecinos? que lo ven todo... bueno, es una experiencia que me llevo al bolsillo, es envidiable. Para poder entender que hacer con La Burbuja, lo mejor es amanecer en ella. Aunque nunca he ido solo, sólo cuando volví para tapar con film de plástico la cocina office y el sofá que trajeron Paula y Jorge de su mudanza. Tengo que empezar a confeccionar el inventario de cosas que tiene mi tío en ella... será fundamental para el proyecto.
En media hora llega Pau para dar el último repaso a metálicas... que rollo...